La caracola Charonia variegata es conocida popularmente como el Tritón del Atlántico.
Aunque los estudios realizados a la especie no son determinantes, algunos estudiosos consideran que
este molusco es en realidad una subespecie de la
Charonia tritonis.
Pertenece a la clase gastrópoda y a la subclase prosobranchia, en este último caso esta
clasificación se debe a que la caracola tiene las branquias ubicadas delante de su corazón.
Como su nombre lo indica este
caracol marino
que está clasificado dentro de la familia Ranellidae habita, por lo general, en el océano
Atlántico, pero también se le puede encontrar en el mar Mediterráneo, a lo largo y ancho del
Caribe, las costas de Carolina del Norte y las de México; las Islas Canarias, Brasil, Cabo verde y
al norte del continente africano. Es común tanto en las aguas superficiales de los arrecifes
coralinos como en los fondos marinos a gran profundidad.
El
Tritón del Atlántico
es un gasterópodo con concha de color crema o amarillenta, según el ejemplar, dibujada por manchas
marrones. Su ranura es anaranjado-rosa y el interior donde se encuentra el animal es de color
blanco. Su concha va desde los 100 mm hasta poco más de los 370 mm de tamaño; se erige en forma de
cono muy alargado y puntiagudo en su extremo superior. El labio externo de la coraza es serpenteado
y con muchos dientes.
Como todas las conchas de los moluscos, sean bivalvas o univalvas, el caparazón
de la caracola Charonia variegata está integrado por tres capas, cada una de las cuáles, presenta
determinadas características que le añaden dureza, brillo, tonos y formaciones a las mismas. Esas
tres capas se conocen como el endostraco (capa interna), el mesostraco (capa media) y el
periostraco (capa exterior).
Así como las restantes
caracolas
la Charonia variegata se reproduce mediante huevos, pero a diferencia de otras, cuando las larvas
salen de sus estructuras son de gran tamaño, viven durante tres meses en el fondo del océano y,
posterior a esto, se mantienen a la deriva junto con el plancton, dispersadas por las corrientes
oceánicas. Así como su par, la Charonia tritonis, esta caracola es una especie depredadora que se
alimenta fundamentalmente de estrellas de mar.
Estos invertebrados tienen la cabeza bien definida y adornada por tentáculos
sensoriales con unos ojos que tienen la capacidad de esconderse: una peculiaridad que los protege
ante los depredadores y las inclemencias de los ecosistemas donde habitan. Su locomoción la
realizan mediante un pie musculoso que les posibilita trasladarse hacia diversos lugares. A raíz
del giro de 180 grados que realiza el cuerpo del animal cuando apenas es una larva, ejecución que
se conoce como torsión y es realizada en contra de las manecillas del reloj, el Tritón del
Atlántico tiene los riñones, el orificio genital, el corazón y las branquias en la parte anterior
de su cuerpo.