Después de los insectos, los moluscos, son los animales más numerosos del planeta Tierra.
Sus muchas adaptaciones a los diversos ecosistemas terrestres y marinos les han posibilitado
diversificarse por todo el globo. Más allá de la especie o la familia a la que pertenezcan, las
condiciones que existen en los nichos ecológicos donde se les encuentran, su dieta, las
interacciones biológicas con organismos de su misma especie y otros que coinciden en su hábitat sea
acuático: de mar y agua dulce, o tierra, así como los elementos abióticos de los ecosistemas, dan
lugar a variaciones en su tamaño y otras características morfológicas. Sin embargo, sea cual sea la
especie y las condiciones ambientales todos los moluscos reúnen semejantes características.
Los moluscos se dividen en tres grandes grupos: el grupo de los cefalópodos, el
de los bivalvos y el de los gasterópodos (o gastrópodos).
Cefalópodos
Los cefalópodos son invertebrados marinos que carecen de carcasa; a pesar de
esto, algunos poseen una cavidad donde almacenan una tinta que les sirve para oscurecer el agua y
escapar ante cualquier amenaza que se les presente. A diferencia de otros
moluscos
no tienen solo un pie, pues este se encuentra distribuido en sus tentáculos.
Cuentan con un sistema de flotación que se diferencia según la especie y unas
células pigmentarias conocidas como cromatóforos que les ayuda a cambiar de color, bien para
confundirse dentro de cualquier entorno, o comunicarse con sus semejantes. Su cuerpo es tan
flexible que logran penetrar por agujeros y lugares angostos.
Una peculiaridad de estos moluscos es que tienen el cerebro envuelto por una
sustancia cartilaginosa, condición que evolutivamente podría haber dado lugar a un cráneo, es por
esto que los cefalópodos son mucho más inteligentes que los demás invertebrados. Entre otros,
dentro de este grupo podemos encontrar a los pulpos y a los calamares.
Bivalvos
Los bivalvos son moluscos que tienen dos conchas: valvas laterales y simétricas
unidas por una bisagra elástica y peculiar. Dada su composición no puede distinguírseles la cabeza,
respiran mediante branquias y viven enterrados en suelos arenosos y fangosos, o prendidos a las
rocas y otras estructuras sólidas. Son acuáticos, en su mayoría de mar, aunque también los hay de
agua dulce. Ostras, mejillones,
berberechos,
y almejas... son moluscos bivalvos.
Gasterópodos (o gastrópodos)
Aquellos que pertenecen al grupo de los gasterópodos sólo poseen un exoesqueleto
en forma de concha, por lo que también se les conoce como univalvos, y pueden vivir en el agua o en
la tierra; respirando por branquias o pulmones, respectivamente. Entre las múltiples especies
gasterópodos que existen, las llamadas
caracolas
o caracoles marinos son el grupo de animales más conocidos de este tipo de moluscos.
Los gasterópodos tienen la cabeza definida con tentáculos sensoriales. Sus ojos,
en el extremo o en la base de sus tentáculos según la especie, tienen la capacidad de retraerse:
una particularidad que les brinda protección. Su locomoción la realizan mediante un pie musculoso
que les posibilita trasladarse hacia diversos lugares. Están diversificados por casi todo el
planeta y habitan tanto los arrecifes coralinos y las aguas poco profundas como los fondos fangosos
y arenosos a gran profundidad.